(10890 visitas) 15-06-2015 Ángeles Caballero | MiPsicólogoOnLine.es
La ansiedad, muy al contrario de cómo se debiera esperar, es una reacción emocional normal del cuerpo ante las dificultades de adaptación a nuevas circunstancias por lo general.
No deseadas o no esperadas. Cuando hablamos de esta ansiedad necesaria, nos estamos refiriendo a la ansiedad que nos predispone a la acción si algo en el entorno cambia y requiere por nuestra parte una acción para adaptarnos. Esta predisposición, con el consiguiente cambio después, hace que nos vayamos ajustando a las circunstancias, por tanto, la ansiedad normal y no patológica, nos hace ser más adaptativos y por tanto fuertes.
¿Qué pasa cuando la ansiedad suele alcanzar niveles excesivamente altos y no logramos adaptarnos bien a las circunstancias?, pues que tenemos que hablar de ansiedad patológica, con reacciones sumamente desagradables que dificulta el normal ajuste de la persona.
Las reacciones ante este tipo de ansiedad, suele tener una proyección física o mental.
a) Entre los primeros, que realmente son trastornos psicofisiológicos, podemos encontrar:
b) Los trastornos de ansiedad cuya proyección es mental, se diagnostican a raíz de la aparición temporal y aislada de miedo y malestar intensos y que se acompañan de al menos de cuatro o más síntomas de los siguientes y que alcanzan su máxima intensidad en los diez primeros minutos:
Los trastornos de ansiedad quedan recogidos en el Manual Diagnóstico DSMIV-TR, de la siguiente forma:
c) Por otro lado, encontramos altos niveles de ansiedad en otros desajustes como:
Hasta aquí, hemos hecho una distinción entre la ansiedad normal, que es necesaria y que nos predispone a actuar para ajustarnos al entorno ante cambios, y la ansiedad patológica, que es la que limita las posibilidades del Ser Humano, bien sea a través de un ajuste deficitario a sus circunstancias o bien porque limita su crecimiento y desarrollo personal.
Ante estas últimas situaciones, el paciente que acude a consulta, debe encontrarse con un profesional que sepa ofrecerle herramientas de control de pensamientos anticipatorios, muy condicionados por miedos irracionales y que por tanto, son circunstancias que difícilmente ocurran.
Debe encontrarse con un profesional que a nivel emocional, le aporte herramientas que le ayuden a dominar los miedos, la incertidumbre, y fomente su seguridad y el potencial del paciente para el abordaje satisfactorio de las situaciones no deseadas y a nivel conductual, el profesional, debe ayudarlo a ejecutar acciones que vayan en la línea de lo anteriormente expresado, reforzar sus logros, hacerlo sentir capaz de abordar nuevas situaciones con lo que va aprendiendo, motivarlo y en definitiva empoderarlo para que pueda generalizar el uso de las herramientas que viene aprendiendo, a cualquier lugar y circunstancias.
A veces, las dificultades en la vida, si sabemos cómo mirarlas, se convierten en la mejor herramienta para hacernos fuertes. Ese es el epicentro del cambio, esa es la idea del desarrollo personal.
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22-04-2015 Ángeles Caballero | MiPsicólogoOnLine.es
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